Lo primero que se debe hacer a la hora de escoger un galpón es comprobar si la estructura está preparada para la actividad que pretendemos realizar. Por ello, al alquilar un galpón refaccionado, por ejemplo, tenemos que comprobar que el suelo esté realmente preparado para alto tránsito, sobre todo si vamos a trabajar con materiales de construcción, maquinaria pesada o incluso como galpón de almacenamiento. Puesto que una vez comenzada la instalación, no querremos tener problemas y es mucho más difícil luego acondicionar una estructura que no estaba originalmente preparada para ello.
Lo más recomendable en estos casos es que el piso del galpón en alquiler esté construido con hormigón de alta resistencia: H25 de 0,16 m de espesor. En el ejemplo que aquí vemos, este galpón en alquiler fue construido específicamente pensando en las necesidades del sector. Por eso, y tanto para comodidad como para seguridad, también se recomienda contar con una puerta de acceso peatonal independiente.
En general, lo más conveniente aquí no es acceder a un galpón reciclado, sino adquirir un alquiler de galpón que cuente con características como vestuarios con sanitarios, ducha y grifería, luz natural, para evitar un gasto energético innecesario y puertas reglamentarias INTI F60, en caso de incendio. Un sitio como el Polo Industrial Ezeiza provee de depósitos de estas características, con varias comodidades adicionales como calles laterales de maniobras, esto pensando en que el predio fue concebido para dar facilidades al sector y contando con acceso rápido a la zona metropolitana.
Estas son algunas de las cuestiones más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de escoger un depósito en alquiler o un galpón, que cubra todas nuestras necesidades. Sin olvidar también que permita la instalación de una oficina con un espacio adecuado y propiamente acondicionado.
